fonte: Portal Terra.com
En un principio, el hombre de 40 años y padre de cinco hijos parecía dispuesto a dejar California, pues sacó a sus hijos de la escuela, preparó su camioneta con cadenas para nieve y ropas de invierno para él y su familia. Aparentemente estaba listo para marcharse a la casa de su cuñado César Ramírez en Garden City, Kansas.
Aun se desconoce si planeaba irse definitivamente para huir de sus problemas monetarios o si su viaje sólo iba a ser temporal.
Sin embargo, la familia Lupoe nunca llegó a Kansas.
En vez de ello, dijo la policía, el hombre mató a tiros a su esposa, así como a sus tres niñas y dos hombrecitos de entre 2 y 8 años de edad antes de suicidarse.
"Algo pasó en las últimas 48 horas que lo hizo derrumbarse. No vio ninguna salida, ningún otro camino", indicó el miércoles el detective David Cortez, del Departamento de Policía de Los Angeles, el principal investigador del caso.
Las autoridades encontraron evidencias de profundos problemas financieros, incluido un cheque sin fondos dirigido al Servicio de Recaudación Interna. Lupoe tenía deudas de por lo menos 15.000 dólares, y también debía miles de dólares de otro préstamo hipotecario.
Además, tenía al menos un mes de atraso en la hipoteca de su casa en Wilmington, cerca de los puertos de Los Angeles y Long Beach, dijo Cortez, quien agregó que fue Lupoe, y no la economía, el culpable de los asesinatos.
"Al estar allí y observar la escena del crímen es mucho más fácil verlo como el sospechoso que hizo esto a otros, en lugar de que la economía se lo haya hecho a él. Esa fue la manera como eligió responder a sus circunstancias... tenía opciones", agregó Cortez.
Más de tres decenas de niños, jóvenes y adultos consternados rezaron un rosario el miércoles por la noche frente a la casa del área de Wilmington donde Ervin Lopoe presuntamente mató a su esposa y los mellizos Benjamín y Christian, de 2 años; las mellizas Jazmín y Jassely, de 5; y Brittney, de 8, para luego suicidarse.
"Los niños se veían contentos. Parecían pajaritos. Corre, corre y corre. No tenían ningún derecho de matarlos", dijo la vecina Cecilia Ibarra, mexicana de 68 años. "Es muy triste. Dios manda a los niños para que sean algo en la vida, no para que les corten las alas".
"Es raro ver a toda esta gente aquí porque generalmente nadie venía a esta casa", dijo la niña Gina Ramos, de 14 años, quien vive a media cuadra de los Lupoe.
El consulado de Guatemala en Los Angeles dijo estar tratando de comunicarse con una hermana de la difunta que supuestamente vive en Estados Unidos. Ramírez, hermano de la fallecida, salió el martes por la noche de Estados Unidos al país centroamericano para hablar con la familia y hacer arreglos para su sepelio, dijo el miércoles el cónsul de Guatemala en Los Angeles.
La familia tendría que decidir si envían o no el cadáver de Ana Lupoe, de 38 años, a su ciudad natal, Livingston, en la costa caribeña de Izabal, dijo el cónsul Pablo García Sáenz.
"Estamos en espera de lo que decidirá la familia para ver si quieren repatriar el cuerpo de Ana Elizabet y los niños, que son todos nacidos en Estados Unidos", apuntó el cónsul. "El gobierno guatemalteco está listo para hacerse cargo de los costos de repatriación".
Ana Lupoe tenía doble ciudadanía, de Guatemala y Estados Unidos, agregó el cónsul. Vivía en Estados Unidos desde hace 17 años y visitó su país natal por última vez en mayo del 2006, junto con su esposo _natural de Kansas, Estados Unidos, de acuerdo con el cónsul general_ y los tres niños que entonces tenía, agregó.
Agentes de policía descubrieron el martes una horrenda escena al llegar a la vivienda en la zona de Wilmington, tras ser informados por un fax enviado por Ervin Lupoe a una emisora de televisión en el que describía "una historia trágica" y formulaba un llamado a las autoridades.
En un dormitorio, en la planta alta, se hallaron los cadáveres de los hermanitos gemelos de 2 años de edad, junto a su madre muerta. En otro dormitorio yacían las dos gemelas de 5 años y su hermana de 8 años, que estaban junto al cadáver de su padre.
La policía supone que Ervin Lupoe asesinó a sus cinco hijos y a su esposa, antes de suicidarse. Ambos adultos habían sido despedidos recientemente de sus trabajos en el mismo hospital.
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